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Britannia

PLACA NO. 5

England, Cumbreland, Devland, Scotland, Ireland, Munkland, y Sark con los países vecinos.

Adyacente al continente europeo, Gran Bretaña, o poéticamente llamada Britannia, es un archipiélago de tres islas mayores y varias menores. La insularidad de las islas proporcionó a sus pueblos un alto grado de protección frente a las invasiones extranjeras y garantizó la autonomía política, incluso en los momentos más difíciles de la historia. Por otro lado, la proximidad al resto de Europea occidental igualmente benefició a los comerciantes e hizo posible que los gobiernos interfirieran en la política extranjera con impunidad. Sin embargo, a pesar de la favorable geografía de las Islas Británicas, la historia política de Gran Bretaña sigue estando marcada, irónicamente, por las migraciones e invasiones masivas, quizá incluso más que por los enfrentamientos internos de reyes y reinas.

 

I. Tierra


Aunque se le suelen atribuir solo el cielo nublado y la neblina, el clima de Gran Bretaña es notablemente único. Se lo denomina marítimo de costa oeste o templado oceánico, y es uno de los climas más raros de la tierra. Las islas experimentan temperaturas suaves durante todo el año. El aire es generalmente húmedo y fresco. En verano, la lluvia da paso a un tiempo templado y seco. En invierno cae nieve, pero suele ser ligera y no se acumula en el suelo. Existen similitudes con los climas de los lugares occidentales o costeros de otros continentes de latitudes similares, pero la ecología aquí no es tan distinta a la de Europea continental como lo son esos lugares de sus tierras adyacentes. Los bosques se caracterizan por una mezcla de pinos, especies caducifolias como el roble, el abedul, el haya y el sauce. Sin embargo, las islas han sido completamente alteradas por milenios de actividad agrícola, relegando la mayoría de los bosques a las tierras altas y a las fincas de la nobleza. En la actualidad, las Islas Británicas se caracterizan por sus canales, regiones fluviales, praderas, brezales y campos arbolados.

La parte más fértil de Gran Bretaña es la mitad oriental de la isla más grande, Albión. Aquí la tierra se extiende a baja altura y la atraviesa una gran cantidad de vías fluviales naturales y artificiales. El norte de Albión está dominado por las Altas Cumbres albanas, casi desprovistas de árboles por la cría intensiva de animales. En el oeste se levantan las montañas bajas y colinas de los Peninos, cuyos límites, durante siglos, fueron la primera barrera contra los invasores del este y se convirtieron en el último refugio de los británicos celtas en Albión durante un período de migración masiva y cambios culturales tanto en la Europea continental como en las islas. Otros británicos emigraron a Francia, asentándose en la tierra de Gales, y a la Cantabria del norte de Iberia, de la que tomó el nombre la colonia de Cantabria en el hemisferio sur. Estos pueblos hablaban una lengua similar al devenish moderno. Los devenish pudieron mantener su autonomía mientras estaban bajo la soberanía de los reinos anglojudíos de Albión, en parte porque estaban protegidos por el Canal de Devenish, que separa Albión de la isla de Cernión. Al sur de las islas principales se encuentran las Lérins y las islas de Tot y Wight, a veces denominadas Islas del Canal, o simplemente Serque. Serque es famosa por sus islotes fortificados, muchos de los cuales rivalizan la grandeza del Monte Saint-Michel en Francia o presumen características naturales como Las Agujas entre las islas de Tot y Wight. Entre Albion y la siguiente isla más grande, Erión, se encuentra la Isla de Mann que, con su posición estratégica y junto a las islas barridas por el viento de las Hébridas, frente a la costa occidental de Alba, forman Manín. Gran parte de Erión es de baja altitud, como Albión, pero considerablemente más pantanosa.

Ben Nevis en las Altas Cumbres Albanas.

 

II. Tradición


Los lenguajes principales y oficiales de los paises de Britannia.

Se dice que los habitantes de Gran Bretaña son una mezcla de sangre celta, romana, anglojutona, noruega y normanda, con cierta ascendencia de pueblos similares a los protoibéricos y aquitanos, y la adición de líneas de sangre de regiones lejanas como Indea y Guinea. Aunque es cierto que fenotipos similares de pelo y ojos claros brotan por toda esta parte del mundo, las mayores concentraciones de estos rasgos en el norte de Inglaterra, Alba e Erín sugieren que el reemplazo y la absorción de la población sólo se produjo en algunas zonas, mientras que la asimilación cultural puede haber sido perfectamente la norma, como en Hungaria, Turcia y otras partes de Europea de importantes cambios lingüísticos y culturales. El imperio de los siglos XVIII al XX también introdujo extranjeros en partes de Inglaterra, especialmente en Londres, York, Bristol y Brighton. Se dice que una novedad habitual para los turistas de la Europea continental es ver a los pueblos con ascendencia de las “Indias” y a los mestizos paseando por los barrios acomodados de las ciudades inglesas con camisas finas y tweed, ya que, especialmente desde la prohibición de la esclavitud en Gran Bretaña y sus colonias, en ningún otro lugar de la región de Europea existe un enfoque más liberal de la convivencia de los pueblos que ahí. Esto es debido a la evolución tan disruptiva de la sociedad que produjo la Revolución Industrial, gracias a la cual la riqueza tuvo más posibilidades de comprar estatus que un linaje familiar. Es irónico, luego, que Gran Bretaña sea uno de los últimos bastiones europeos de la aristocracia y la monarquía.

Desde el punto de vista lingüístico, los idiomas nativos de Gran Bretaña son celtas. De hecho, Gran Bretaña y Gales, al otro lado del Canal de Normandía, suelen considerarse los últimos refugios europeos de la rama celta de la familia lingüística indoeuropea. En la antigüedad, las lenguas celtas se extendían desde el Mar de Speria hasta la Bahía de Aquitania, abarcando casi toda la longitud central de Europea. Por las migraciones y los cambios culturales del continente, las lenguas celtas fueron reemplazadas por las ramas teódicas, eslavas y ausónicas. Asimismo, casi todas las lenguas celtas que quedan son de la rama subordinada a los celtas insulares, mientras que las otras ramas se han extinguido. La única excepción es la lengua gálata en Anatolia, al oeste de Asea, que aún así se ha modificado por la influencia helénica, túrquica, kurda e hititas. Las lenguas celtas insulares pueden dividirse a su vez en goidélicas y bretónicas: las primeras proceden de la Isla de Eirión y las segundas tienen su núcleo nativo en el sur de Albión. La lengua de los pictos (los habitantes indígenas del norte de Alba) aún no ha podido ser identificada de forma concluyente con ninguna de las dos ramas, y puede incluso haber formado su propia rama subordinada. Después de la época romana, el alcance de las lenguas de estas dos ramas cambió drásticamente, con una expansión goidélica que abarcaba desde la actual Erín hasta la actual Alba, y con las lenguas bretónicas experimentando un fuerte declive en las zonas más fértiles del este de Albión, dado el contacto con los colonos teódicos de la migración anglo-jutona, que comenzó en el siglo V y duró hasta el siglo XI.

El castillo de Ludlow es un remanente de las fortificaciones fronterizas que se extendian por las Marcas de Bretaña.

A pesar de que Eirión ofrecía tierras menos productivas, la isla experimentó un rápido crecimiento demográfico en los siglos XVIII y XIX, gracias a nuevos tipos de cultivos de mayor rendimiento, introducidos desde Gémina. El pehüén (a veces denominado araucaria), de maduración lenta y procedente de Chile, fue crucial para aliviar la hambruna causada por la plaga de la papa en Erín, puesto que los árboles que habían sido cultivados décadas antes para las plantaciones madereras empezaron a dar frutos justo al momento de esta plaga. Además, el estigma inicial que rodeaba al nuevo cultivo de la quinoa y su fácil cultivo en tierras marginales y de clima fresco erinés permitió al campesinado contar con reservas de alimentos mientras el resto de sus cosechas fracasaban o eran exportadas. Las ciudades situadas a ambos lados de las Marcas de Bretaña también experimentaron una explosión demográfica masiva en aquella época, más que nada debido a sus yacimientos de carbón, que las convirtieron en el centro de la Revolución Industrial británica. Así, aunque los británicos poblaron gran parte de Hanunea y partes del hemisferio sur, también fue la primera en industrializarse y, por tanto, en experimentar un rápido crecimiento de su población. Erín del Norte, el norte de Bretaña y el centro de Inglaterra fueron las regiones más industrializadas del mundo durante los siglos XVIII y XIX. A pesar de las oleadas masivas de emigración, Gran Bretaña siguió siendo una de las zonas más densamente pobladas del mundo. El éxodo de su pueblo, igualmente, ayudó a frenar la contaminación y la superpoblación, algo que suelen ignorar los colonos de ascendencia británica en los países más conservadores de la Mancomunidad, al lamentarse por el peligro de la inmigración de regiones no europeas.

El este de Albión posee algunas de las tierras más fértiles de las islas. Por eso, la población de Inglaterra es comparable a la de Francia y España. Es casi cuatro veces mayor que el siguiente país más poblado de Gran Bretaña: Erín. Bretaña y Alba tienen un tamaño comparable al de Erín, mientras que Devon, Manín y Serque parecen menores por sus grandes vecinos. Gran parte de la población británica se concentra en zonas de tierras bajas con acceso al mar, cerca de puertos seguros o ríos profundos, aguas arriba, históricamente navegables por los barcos procedentes del mar. Londres, la capital política y cultural de Inglaterra, así como el centro económico de Gran Bretaña, se encuentra en un punto de este tipo del Río Támesis. Las siguientes ciudades más grandes, por ser centros productivos, son Lerpwl, Bealfarst, Glaschu, Birmingham, Bristol y York. Luego, hay ciudades más pequeñas de fabricación intensiva, como Manceinion, Eideann, Doire, Calgary y Cornwall. Las capitales Dublín, Cardiff y Perth también están bastante pobladas, mientras que ciudades como Icart, Rushen y Ventnor son de las zonas más densamente pobladas del mundo.

 

III. Historia


Aunque estaban relativamente protegidas de las invasiones, las costas británicas ofrecían un facilidades para los extranjeros que tenían ventaja en el mar. Por lo tanto, gran parte de la historia de Gran Bretaña puede ser delineada por invasiones y ocupaciones desde el otro lado del Mar de Inglaterra y el Canal de Normandía, seguidas por drásticas reestructuraciones sociales y culturales en las comunidades locales. Después de la guerra, las lenguas cambiaron o evolucionaron con cada oleada de emigrantes y colonos. La primera gran invasión romana, y penetró solo el sur de las islas. Luego llegaron los marinos teodiceos de Sajonia y Dania occidental, y más tarde, los vikingos noruegos. La última invasión de gran alcance fue la de los normandos de Francia (también de origen teodiceo), que incorporaron todas las islas a un solo reino tras conquistar finalmente los reinos de Erín.

Sin embargo, desde los reinos anglojutos hasta tiempos recientes, las culturas de Gran Bretaña cambiaron de forma mucho menos drástica que en periodos anteriores. Aunque la conquista normanda unió a los estados políticos que vinieron después y diferentes pueblos compartieron la monarquía, las fronteras culturales entre los celtas y los anglojutos permanecieron inalteradas durante casi un milenio. Además, las invasiones de la lengua inglesa de principios del período normando se revirtieron lentamente en los siglos posteriores. En cierta época, existía una zona de continuidad en los dialectos anglo-lalanos, que iba desde Northumbria, en Inglaterra, hasta los Lothians albanos, Úlster y La Empalizada, en Erín, y volviendo a cruzar el Mar Bretón hasta La Empalizada de Brigant, en Bretaña. Sin embargo, la lengua inglesa nunca llegó a toda la sociedad de estas zonas, y la combinación de una mayor población nativa y menos políticas de imperialismo cultural por parte de la burguesía normanda (más interesada en la extracción de recursos que en la asimilación) hizo que las lenguas nativas se recuperaran.

En el norte de Erín, mientras los colonos anglojutos del norte de Inglaterra y del sur de Alba estaban fragmentando la cultura nativa de la zona, la antigua zona anglonormanda de La Empalizada de Dublín ya estaba bien encaminada en su cambio hacia la lengua erinesa, a medida que las élites inglesas de la Empalizada se iban nativizando. Una historia similar puede encontrarse en la parte de Bretaña conocida como Brigant. Las ciudades de Manchester y Liverpool, más allá de las Marcas de Bretaña, fueron durante mucho tiempo atípicas, ya que estaban dominadas por anglojutos a pesar de estar rodeadas por Rheged y Gwynedd, de habla bretona. La urbanización y la acumulación de fábricas con celtas analfabetos de zonas rurales invirtieron el dominio lingüístico de los burgos en el Siglo XIX, y Brigant se convirtió poco a poco en una región de habla bretona, como el resto de Bretaña. En Alba, especialmente los barrios de Lothian y las zonas costeras colonizadas por los vikingos noruegos, fueron lentamente invadidos por migraciones del campo a la ciudad desde las Altas Cumbres Gaélicas en los siglos XV y XVI. Esto, unido a las nociones románticas de las Altas Cumbres Albanas, que informaron fuertemente al nacionalismo albano por los contrastes con la Inglaterra anglojutona, condujo a un movimiento social que vio a los barrios alinearse junto con las Altas Cumbres en sus política contra Inglaterra. Los cumbristas llegaron a dominar la política albana a través de las maniobras políticas de los jacobitas, a los que más tarde se les pagó con títulos del Lothian para evitar que continuaran las guerras y rebeliones en Alba, fragmentando aún más la zona de habla lalana.

La industrialización causó emigraciones desde los campos celtas hacia Doire, donde se habla históricamente lalano.

Las islas de Serque y Manín son valores culturales atípicos en Gran Bretaña. Serque es la única sección lingüísticamente normanda de Gran Bretaña, a pesar del dominio normando en todas las Islas Británicas durante siglos. La historia de Serque está ligada al inicio de la conquista normanda, cuando la isla de Wight fue concedida como feudo normando independiente. El feudo llegó a incluir todas las Islas del Canal, así como La Mancha en la Francia continental, a la que se renunció posteriormente al final de la Guerra de los Cien Años. Paralelamente, Manín (antes conocida como el Señorío de las Islas), es un vestigio de la época de dominio vikingo en Gran Bretaña y el último remanente de la cultura noruega en las Islas Británicas. El reino celta-noruego se unió políticamente a Gran Bretaña cuando el deemster de Mann aceptó el vasallaje a los monarcas albanos. Aunque la lengua nórdica de los primeros colonos vikingos también se fundió con la lengua de la mayoría nativa (evolucionando hacia una de las tres lenguas celtas goidélicas, siendo las otras dos el erinés y el albano), sus costumbres y sus fenotipos siguen siendo evidentes en esta parte de Gran Bretaña.

Desde el periodo normando, el prestigio de los dialectos anglo-jutos comenzó a caer. Se produjeron, así, interesantes cambios culturales no sólo en la Inglaterra teodicea, sino también en las tierras celtas. Por un lado, los normandos ayudaron a reintroducir el interés por la tradición del rey Arturo en su supuesta tierra natal y, más importante, trajeron a una gran parte de la nobleza galesa para repoblar las tierras que sus antepasados habían abandonado durante el la migración anglojudía siglos atrás. Sin embargo, el cambio geográfico hacia las lenguas celtas en Gran Bretaña pasó relativamente desapercibido para las élites políticas anglojutas. Y, para cuando el cambio se hizo más notable, la lucha religiosa había comenzado a capturar la política británica. Cristianos desde la época de la dominación romana, el giro protestante en Gran Bretaña vio cómo el país se sumió en la violencia sectaria, la mayor parte de ella en Inglaterra e Erín. En aquella época, la secta religiosa, y no el idioma, era la principal causa de fricción y fuente de prejuicios. Muchas familias erinesas poderosas, por ejemplo, se hicieron protestantes para conservar el poder, del mismo modo que muchas familias anglonormandas abrazaron la lengua erinesa, aunque más tarde rechazarían el papismo de las masas. La agitación política terminó con el exitoso impulso hacia la emancipación y la obtención de derechos para los católicos a finales del siglo XVIII.

Sin embargo, a pesar de la mejora de los derechos tras la emancipación, los católicos seguían oprimidos. Los considerados extremistas políticos, perseguidos, eran enviados a colonias de convictos. Muchos católicos libres emigraron a Estados Unidos o Brasil, e incluso a Angola y las nacientes tierras de Argentina. La hambruna erinesa, aunque atemperada por otros cultivos marginales como la nuez de pehüén y la quinoa, también provocó un éxodo de católicos erineses al ser los más afectados de la economía de plantación. Erín se salvó del colapso demográfico sólo gracias a una astuta intervención política del Parlamento de Westminster, que salvó a la mayoría de la población de la inanición. Hoy en día, los católicos son una minoría en Gran Bretaña, pero en Erín son mayoría, con dos tercios de la población católica (Inglaterra le sigue con casi un tercio). Igualmente, muchas zonas del norte de Inglaterra siguen siendo de predominio católico, como lo es más de una cuarta parte de Alba, gracias a las medidas jacobitas de tolerancia. La identidad religiosa de la Gran Bretaña protestante está aún más dividida por la dicotomía entre presbiterianos y anglicanos, con Erín, Manín y Alba siguiendo la Iglesia presbiteriana, e Inglaterra, Bretaña, Devon y Serque siguiendo la Iglesia anglicana.

Durante el Movimiento de Autonomía en la década de 1870, la Corona Británica en Inglaterra cedió a las demandas del nacionalismo gaélico en Erín y Alba, poniendo fin a siglos de luchas religiosas y devolviendo los parlamentos separados en estados soberanos conocidos como “países de origen”, que seguían unidos bajo una monarquía. Así, Gran Bretaña pasó de ser una unión política a una unión personal entre Inglaterra, Alba e Erín, lo que también supuso la separación de Alba y Bretaña de Inglaterra, ya que ambas habían soportado sus uniones durante mucho más tiempo. El paso a la autonomía también llevó a la evolución de Serque de feudo a país, así como a la ascendencia de Manín a un autogobierno, que habían perdido tras el Reino de Mann, y las Islas quedaron bajo la soberanía de los monarcas de Alba.

Por suerte para el Reino Unido, las transiciones pacíficas de poder en la devolución condujeron a un frente unido en los años de guerra que se avecinabann a principios del siglo XX. En la Primera Guerra Mundial, el Alto Mando Británico pudo albergar con seguridad dos de sus tres flotas nacionales en regiones no inglesas, en Scapa Flow, en Alba, y en Camysree, en Mann, con la flota principal en Portsmouth. Sin embargo, a pesar de la victoria, siguieron surgiendo movimientos a favor de la soberanía debido a los desacuerdos entre los distintos parlamentos en la inmediata posguerra. La idea de países dentro de un país se volvió incómoda en un sentido legal y político, y las políticas de devolución comenzaron a estancarse por la sobrecarga burocrática. Así pues, cada país de origen logró plena soberanía, pero conservando un jefe de Estado compartido, el monarca británico, así como el reconocimiento de títulos nobiliarios como el de Príncipe de Kent o de los distintos países.

Como la evolución de los países de Noruega, la transición de un gobierno absoluto a distintos estados soberanos fue en gran medida pacífica y gradual en Gran Bretaña. Hoy en día, el Reino Unido se refiere a la unión económica que existe entre los siete estados de Inglaterra, Alba, Erín, Manín, Bretaña, Devon y Serque, que gozan de los mismos derechos políticos que los demás países de la Mancomunidad, junto con ciertos privilegios ceremoniales y disposiciones económicas heredadas del periodo de gobierno autónomo. En Gran Bretaña, el estatus de estos estados suele denominarse dominios pero, a diferencia de los dominios de los estados federados multinacionales como Nicaragua, California, Arizona, o incluso en el contexto de Estados Unidos, estos dominios británicos son plenamente soberanos y no sólo territorios autónomos dentro de un estado mayor. Cada país británico es una monarquía constitucional parlamentaria. El jefe de gobierno es el primer ministro, y el jefe de Estado es el monarca reinante.

 

IV. Paisage


Las culturas de Gran Bretaña comparten costumbres alimentarias y prácticas similares, y la huella humana en la tierra ha dado lugar a paisajes bien europeos aunque independientes. La vida en Inglaterra puede resumirse en imágenes populares: los tejados de paja de Norfolk y Suffolk, las costas de Sussex, las parroquias suavemente onduladas de Kent, las agujas y fachadas de piedra góticas de Yorkshire y Oxford, y las modernas autopistas y estaciones de metro de Londres. Aunque las glorias de la Revolución Industrial ya han pasado, Bretaña sigue siendo una de las zonas más industrializadas de Gran Bretaña y las ciudades conserveras de Manín siguen obteniendo beneficios en comparación con las de Portugal. En Alba y Erín, donde se dice que las ovejas son tan comunes como los seres humanos, los bosques del introducido pehüén y los campos de quinoa, antaño ajenos a la tierra, son ahora romantizados como esencias de los paisajes locales. Mientras, Serque sigue siendo un mundo aparte, icónico por sus carros a caballos en sus islas sin coches y el uso de deslizadores para los ferrys entre islas a través del Canal de Normandía.

Tradicionalmente, el grano de Gran Bretaña era el trigo, la cebada y la avena, estos últimos especialmente importantes en las zonas más frías de Alba, Moní y Erín. Una importante adición a sus cultivos fue la papa de Crucea, concretamente de las variedades chilenas tolerantes al frío. La papa, que al principio se rechazó por el temor generalizado de los europeos a las solanáceas, se cultivó finalmente en cantidad en Erín, y en partes de Inglaterra y Alba a principios del siglo XIX. Esto aumentó en gran medida la ingesta calórica de los campesinos británicos, especialmente en Erín. En las épocas de cosecha, los campos pronto se llenaron de papas volcadas, ya que eran cultivadas con facilidad por los campesinos más pobres y los arrendatarios.

La principal legumbre de la región, como en gran parte de Europea, era la arveja, y la mayoría de la gente la sigue comiendo como principal fuente de proteínas. En Alba, la arveja amarga, una especie conocida menos por su grano de legumbre que por su raíz almidonada comestible, era un importante cultivo alimentario y, tras constantes esfuerzos, la raíz es ahora un cultivo de importancia cultural. Numerosas variedades de judía común, traídas desde Columbea, también se cultivan aquí, como en el oeste y el sur de Europea. Los mariscos, berberechos, bígaros, almejas, mejillones y ostras también eran fácilmente asequibles, incluso después de la contaminación marina de la Revolución Industrial. Al igual que en Normandía, en Francia y en Gales, la gente también cosechaba algas, sobre todo verdes, mientras que amaban las setas. La elaboración de queso es una tradición antigua, de un milenio antes del consumo fresco de lácteos en las ciudades. Las conservas de pescado, como el arenque y más tarde el salmón y el bacalao, también eran relativamente baratas, sobre todo cuando se empezaron a hacer conservas en fábricas. La economía de Monín aún se basa en gran medida en el arenque y el bacalao, en parte gracias a la abundancia de los Offer Grounds y al acceso casi exclusivo del país a esa parte del Mar de Irlanda. Las carnes más apreciadas en la región son la vacuna, la de cordero y la de cerdo, aunque también se consume la de cabra. Las aves de corral, como el pollo, el pato y la codorniz, se consumen entre gente de cualquier estrato social, como el conejo. La carne de venado y las aves de caza (faisán, urogallo, perdiz) siguen siendo populares entre la nobleza y en las zonas rurales.

La anguilas en gelatina con tarta y puré fueron de los primeros platos urbanos que aparecieron en Inglaterra.

La comida de Gran Bretaña se basaba tradicionalmente en hierbas como mostaza, menta, acedera, perejil, cebollino y eneldo para aromatizar, aunque la mayor parte del comercio de la Compañía de las Indias Orientales en la cuenca empórica cambió drásticamente los hábitos alimentarios en la zona. Por un lado, la alta sociedad británica pasó a depender del té para ordenar parte de su vida social, con reuniones sociales centradas a menudo en su consumo. Con el éxito de las plantaciones de la East Indea Company en Indea y Azanea, el té se convirtió en la bebida más elegida de todas las clases. El uso de especias de Indea y Sumatrea, como la pimienta negra, la nuez moscada y la canela, así como los currys de especias importadas, son también habituales. El desarrollo del gip, una salsa de pescado, y el ketchup de hongos y pescado crearon nuevas formas de deleitar a los británicos, con la difusión cultural de los pueblos de Sumatrea y Sérica. Históricamente, las mermeladas de bayas y la miel eran los únicos dulces, pero la gran cantidad de azúcar abrió una nueva frontera de la cocina, haciendo a la cocina británica famosa por sus pasteles, tartas y galletas. El pastel de carne, las anguilas en gelatina, el puré de arvejas y de papa, el jamón y las salchichas son alimentos comunes de sus mercados.

La cerveza es la bebida más común en las islas, con la excepción de Bretaña, Devon y Serque. En estas zonas, se consume vino, por el comercio histórico y los periodos de calor que permitieron a la viticultura afianzarse en sus tierras, aunque es más común el consumo de sidra, la de manzana en Bretaña y la de pera Devon y Serque. En cuanto a la cerveza, las tradiciones cerveceras de Gran Bretaña son muy variadas, aunque casi todas, con excepción de algunas porters, son tipos de ale. A diferencia de la Europea continental, que pasó a utilizar principalmente lúpulo para elaborar cerveza, en Gran Bretaña se siguen utilizando comúnmente hierbas antiguas y gruit para elaborar diversos tipos de ales. La tradición de servir milds y old ale sigue siendo habitual en los pubs locales. Aunque, a diferencia de Noruega, la tradición de beber cerveza pequeña ha desaparecido. Las cervezas con lúpulo se distinguen como stingo y bitter, siendo las más famosas la Extra Special Bitter, la October Ale, y la Indea Special Bitter, que se exportó a todo el Emporio y a las colonias. Las cervezas ácidas tampoco son habituales aquí, a diferencia de California, Estados Unidos y Europea occidental. El excedente de maíz suele destilarse en ginebra en Inglaterra y Serque, y en whisky en las otras islas. El whisky se vende con distinción regional por las diferencias en la producción y el tipo de maíz utilizado. El licor de cebada de Escocia se conoce como Scotch, el de Erín como Eire, el de alforfón de Bretaña como Cambie, el de avena de Manín como Manx y el de trigo de Devon como Dewe.

Tradicionalmente, al igual que en el resto de Europea, la gente criaba ovejas para la lana y cultivaba lino, pero el algodón ha sido un material importante desde las hazañas de la British East Indea Company en la cuenca empórica. Las innovaciones realizadas durante la Revolución Industrial situaron a Inglaterra, Bretaña y Erín a la cabeza de la fabricación textil mundial y de la acumulación de riqueza y capital. Junto con la adquisición y el estricto control de las fábricas textiles de Bengala por parte de la East Indea Company, Gran Bretaña se convirtió en el principal proveedor textil de algodón, tanto en la cuenca atlántica como en la empórica, a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Así, en ningún lugar de Europea hay más algodón, ni tan barato.

A pesar de que los británicos se consideran distintos de sus vecinos “continentales”, la moda y la estética de Gran Bretaña comparten sensibilidades y modos similares a los del resto de Europea occidental, especialmente Francia, Gales y los Países Bajos. Las mujeres siguen acortando sus faldas cada generación y los hombres siguen vistiendo trajes y sombreros de copa para casi todas las ocasiones. Los volantes de tela ya no son tan comunes acá como en Iberia, aunque las corbatas, cintas, bufandas y fajas sí. Las casas de campo siguen utilizando paja, madera y mazorca, lo que contrasta con los estilos ornamentales y decadentes de las ciudades, y con los edificios señoriales de los estados, el gobierno y el imperio, donde piedra, ladrillo, hierro, cobre y vidrio se unen para formar grandes estructuras en los estilos neogótico y clasicismo.



 

Notas a la pie


Recursos

Irish (gle) or the Irish language:

"Wake Me Up / Lig mé saor" - TG Lurgan. https://www.youtube.com/watch?v=1A6__HssHW8.

"Monolingual Irish Speaker" - AH Ghaeilge. https://www.youtube.com/watch?v=UP4nXlKJx_4.

Welsh (cym) or the Cumbrish language:

"Ysbryd y Nos" - Edward H. Dafis. https://www.youtube.com/watch?v=tCDtCXN-EH4.

Scottish Gaelic (gla) or the Scottish language:

"Comedy about Native vs New Speakers..." - COST Action New Speakers. https://www.youtube.com/watch?v=btg-aEPNiRg.

"Kate Forbes MSP Speaking Scottish Gaelic..." - FMLPanda123. https://www.youtube.com/watch?v=ElosetpyVJ0.

Cornish (cor) or the Devnish language:

"Kelly's Cornish Ice Cream..." - Kelly's of Cornwall. https://www.youtube.com/watch?v=jlNaz_zm2nM.

Manx (glv) or the Munkish language:

"Taggloo: Conversational Manx..." - Manx Language. https://www.youtube.com/watch?v=s4_OuAHW434.

Jerriais Norman French (nrf) or the Sarkish language:

"Jèrriais (Jersey French) speaker interviewed..." - SandF Underwood. https://www.youtube.com/watch?v=87wVql8Bmw0.

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